Dispersión

En la realización de una dispersión de una fase líquida o gaseosa en otra fase continua, existen varios tipos de fuerzas que se ejercen sobre las gotitas de la fase dispersa. Así, las fuerzas debidas a las tensiones de cizallamiento creadas en la solución por el móvil tienden a provocar la rotura de las gotitas. Las fuerzas debidas a la tensión superficial y a la viscosidad de la fase dispersa, se oponen a la rotura de aquellas.

El fenómeno de la coalescencia (propiedad que tiende a unir las partículas) modifica a manudo estos resultados. La coalescencia de dos gotitas esta influenciada por las tensiones de cizallamiento debidas a las fluctuaciones de la velocidad. Existe localmente un valor del diámetro de las gotitas que por encima del cual la coalescencia es fuertemente reducida por la turbulencia. En una cuba agitada, la curva de distribución de los diámetros de las gotitas de la fase dispersa, esta consecuentemente determinada por los mecanismos antagonistas de ruptura y la coalescencia de las gotitas.

Para que ocurra la dispersión, es necesario que el sistema de agitación pueda realizar una dispersión completa de toda la fase dispersa, es decir, que sea capaz de realizar la aspiración en el móvil de toda gotita que podría tomarse y decantar en la cuba. La coalescencia aparece en las zonas donde las fuerzas de cizallamiento son débiles, es decir, en las zonas alejadas del móvil de agitación o detrás de los bafles u obstaculos. Por tanto, se debe realizar una recirculación rápida del fluido en la cuba y un valor característico importante será el tiempo de bombeo de la solución estando esto definido como el tiempo entre dos pasos consecutivos de una partícula por el mismo lugar.

Otro valor característico importante será igualmente la velocidad periférica del móvil de agitación a la cual está ligado el valor de la velocidad de cizallamiento máximo.

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